René tenía por entonces diez años. “Cerrá la puerta, que entran las moscas, gordo”. De chiquito le decían gordo. Pero el ahora era muy flaco. La gente se giraba a veces cuando su madre lo llamaba, buscando al gordo. Luego se acostumbraban. Y ya todos lo llamaban gordo. Yo tengo un amigo al que le decimos “Charly” y se llama Nestor Hugo. Gente que no lo conoce mucho lo llama Carlos, para espanto de su madre. Pero bueno, esa es otra historia. Leer más