No lo recuerdo como algo traumático, ni mucho menos. Simplemente, hubo una época en la que en lugar de juntarme en un bar con los amigos, me juntaba con algunos de ellos en la puerta de los salones dónde se festejaban los cumpleaños de quince, para ver si podíamos pasar. Yo hice escuela secundaria técnica, lo que quiere decir seis años, que sería lo de menos. Lo más importante es que no había mujeres, salvo por Ana. Y por la profesora de literatura, la de educación cívica, la de química y la de geografía. Y ya está. Leer más